5. ¿Cuales son y para que sirven las factores de la lengua?
La función referencial es la más predominante en el acto comunicativo, su propósito es transmitir y dar a conocer algún dato de la realidad o contexto sin que el emisor aporte su opinión al respecto.
Asimismo, se caracteriza por exponer un contenido objetivo, hacer uso de oraciones enunciativas o aseverativas, el uso de la tercera persona gramatical y de verbos conjugados en modo indicativo.
Por ello este tipo de función del lenguaje suele ser empleado en los textos informativos, periodísticos y científicos. Esto se debe a que la finalidad es dar a conocer una información sobre algún dato de la realidad, pero sin agregar ningún tipo de valoración subjetiva.
La función apelativa o conativa es aquella en la que el emisor espera generar una reacción en el receptor busca influir en la conducta del receptor. Esta función se centra en el receptor.
La función apelativa se caracteriza por ser imperativa, hacer uso de oraciones interrogativas y exhortativas, es decir, que indiquen una orden, una amenaza, un pedido o favor, entre otros.
La función apelativa se acostumbra a emplear en el lenguaje coloquial, en los anuncios publicitarios o en contextos políticos en los que se hace un amplio uso de adjetivos valorativos y se busca influir en las conductas de los demás.
La función emotiva, también denominada como función expresiva o sintomática es aquella que está centrada en los estados de ánimo, sentimientos y del “yo” del emisor. En este sentido, el emisor es el elemento de la comunicación que sobresale ante el resto y que se vale de los significados previamente conocidos, como el afectivo.
El mensaje está cargado de subjetividad. Por ejemplo, “¡Qué noche tan hermosa!”, “¡Hoy me siento fenomenal!”, “¡Me haces mucha falta!”. Estos mensajes del emisor expresan un sentimiento hacia algo en particular.
La función fática o función relacional es aquella que se centra en el canal de comunicación que utilizan el emisor y el receptor, con el objeto de verificar su funcionamiento e iniciar, prolongar o interrumpir la comunicación.
Por ejemplo, se hace uso de las siguientes palabras, muletillas o frases para confirmar que el canal funciona o que interlocutor está prestando atención, “¿Aló?”, “O.k.”, “¿Sabes?”, “Diga”, “Por supuesto”, “Naturalmente”, “De acuerdo”, “Como te venía diciendo”, “Claro”, entre otras.
La función metalingüística se preocupa por el código del lenguaje. En este caso, tanto el emisor como el receptor reflexionan y analizan sobre el propio lenguaje en el que se comunican, generalmente, con el fin de aclarar alguna duda, hacer una sugerencia o corrección, incluso, ofrecer una definición.
Por tanto se hace un amplio uso de las comillas, por ejemplo, ‘“Él” es un pronombre y “el” es un artículo”, ‘Abuela, ¿qué significa “incrédulo”?, ‘No entiendo de están hablando, ¿qué es la “numerología”?’, entre otros.
La función poética o estética del lenguaje se basa en la forma del mensaje, en los recursos literarios y en los estilismos empleados para hacer mayor énfasis en la información que se transmite, se acostumbra a emplear en las obras literarias.
Los poemas, rimas, juegos de palabras y refranes son ejemplos de la función poética del lenguaje, sin embargo, esto no quiere decir que esta función se limite solo al área literaria, también puede ser empleada en cualquier ocasión. Lo importante es que el mensaje llame la atención del receptor y genere una reacción.